El comercio electrónico, o e-commerce, ha sido una tendencia en constante crecimiento en los últimos años, y ha sido acelerado aún más por la pandemia de COVID-19. Como resultado, se espera que el e-commerce sea una prioridad para el 45% de las empresas en los próximos meses.

Esto no debería sorprender a nadie, dado el creciente número de consumidores que realizan compras on-line. Además, las restricciones de movimiento y las precauciones de salud en todo el mundo han llevado a un aumento en la cantidad de personas que compran de esta forma. Por lo tanto, es lógico que las empresas deseen capitalizar este cambio en el comportamiento del consumidor.

El e-commerce tiene varias ventajas sobre el comercio tradicional, incluida la capacidad de llegar a un público más amplio, estar disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana y reducir los costos de la tienda física y el personal. Además, permite a las empresas recopilar datos de los clientes, lo que puede ayudar a mejorar la experiencia del cliente y la eficacia del marketing.

Sin embargo, el éxito del e-commerce depende en gran medida de la capacidad de la empresa para crear una plataforma en línea que sea fácil de usar y segura. Además, la entrega rápida y confiable también es esencial para mantener a los clientes satisfechos.

En conclusión, este es un comportamiento que ha llegado para quedarse y se espera que sea una prioridad para el 45% de las empresas. Sin embargo, el éxito en este ámbito requerirá una estrategia sólida y la capacidad de ofrecer una experiencia de compra en línea segura y conveniente para los clientes.

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